Una anaconda decidi� dedicarse a
Una anaconda decidi� dedicarse a la prostituci�n: har�a comercio con su cuerpo.
“Fracasar�s, no podr�s resistir la tentaci�n de devorar a tus clientes”, le dijo otra serpiente.
“Te equivocas”.
Lleg� el primer cliente: un conejito gordo y apetitoso. Hambrienta por varios d�as de ayuno la v�bora, en efecto, no se pudo contener, y empez� a tragarse a su cliente. Record� de repente, sin embargo, lo que le hab�a dicho su amiga, y lo regurgit�.
Sale a la luz el conejo, todo empapado, lleno de confusi�n, aturrullado, y exclama:
“�Carajo, s� as� estuvo la besadita, c�mo ir� a estar la fornicada!�
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